sábado, 24 de enero de 2009

Puertas que no cierran bien


Si existe algo que es extremadamente molesto en una casa, es una puerta que no cierra bien porque está rozando en alguno de sus bordes. Cada vez que la abres debes jalar con fuerza y cada vez que la cierras debes empujarla con ímpetu para que encaje. No esperes más, tú puedes corregir el problema sin necesidad de llamar a ningún carpintero. Sólo debes saber cómo detectar la raíz del problema y echarle mano; verás que arreglar el problema de la puerta que no cierra bien será mucho más simple de lo que imaginas. Las herramientas que necesitas son muy pocas, pues lo que más te ayudará es tu atenta observación para corregir el pequeño detalle que tanto te está molestando. Pero primero trataremos de establecer los dos tipos de problema que generalmente hacen que una puerta no cierre bien, y luego pondremos manos a la obra para solucionarlo.
El que una puerta no cierre bien puede ser ocasionado por dos problemas diferentes, el primero es que la puerta se haya movido del cuadro; y la segunda, que la madera se haya hinchado por la humedad y alguno de sus bordes esté tocando el marco de la puerta. Primero debemos establecer cual de estas dos situaciones es la que tenemos para obrar correctamente. A veces hay personas que creen que el problema es la madera hinchada y cepillan el borde de la puerta varias veces sin conseguir resultado. Eso suele ocurrir cuando la puerta está tan descuadrada que a pesar de cepillar un borde ella sigue cayendo apoyándose sobre el marco. Este tipo de descuadre con respecto al marco estuvo originalmente bien, lo cual quiere decir que en algún momento alguno de sus goznes se ha aflojado permitiendo que la puerta tenga movimiento lateral dentro del marco. Antes de hacer ninguna otra cosa y aun si tener completa seguridad de cual es motivo definitivo por el cual la puerta no cierra bien, lo recomendable es ajustar con un destornillador cada uno de los tornillos que agarran los goznes o bisagras. Te sorprendería ver que ese es un problema muy común y que simplemente con ajustar esos tornillos la puerta vuelve a funcionar perfectamente.
Si detectas que ese el el problema pero notas que los tornillos no ajustan, eso se debe a que se han safado las roscas por agrandamiento de los orificios en la madera del marco; la solución allí puede ser colocar tornillos más gruesos que los que tenía.

Si hemos descartado la posibilidad de que la puerta esté fuera del cuadro, entonces seguramente se trata de la madera expandida por humedad. En ese caso debemos observar lo siguiente; si la puerta está pintada será fácil detectar la zona del borde que está más pulida, es decir sin pintura. En caso de que la puerta esté en madera natural y te cueste detectar la zona de roce, deberás pasar tiza sobre todo el borde de la puerta y abrir y cerrar varias veces para notar el sector que roza. Ese es el sitio preciso donde la puerta toca el marco y no permite que cierre correctamente. Si tenemos un cepillo de carpintero nuestro trabajo será simple y rápido, haciendo unas pocas pasadas sobre el borde de la puerta donde hace contacto probamos y chequeamos a medida que vamos rebajando la madera. Si no tenemos un cepillo de carpintero podemos utilizar una lijadora; y si no tenemos ninguna de esas herramientas no te preocupes, puedes hacerlo a mano con una lija gruesa, y aunque te tomará más tiempo verás que los resultados son los mismos. En el caso de las puertas que rozan por la parte de arriba el procedimiento es el mismo, pero si el roce se produce en la parte de abajo, entonces deberemos quitar la puerta para poder cepillarla. Recuerda que si los goznes de la puerta hacen ruido sólo debes aplicar un poco de WD40 o cualquier lubricante que cumpla la función, y así tu puerta funcionará como nueva y sin chirridos molestos. Así de simple, así de fácil. Cuando dejes de sentir el molesto ruido de la puerta rozando tendrás la doble satisfacción de haberte quitado una molestia de encima y el haberlo hecho tú mismo.

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