sábado, 24 de enero de 2009



Reparar una ventana de madera

Por muy buena que sea una ventana de madera, no va a durar eternamente. Además, si la madera no está bien lacada, puede pudrirse con rapidez. Las guarniciones se caen, la masilla se va quebrando… Pero, aunque haya sufrido daños, si la madera se encuentra todavía en buenas condiciones, merece la pena repararlas, incluso sustituir las zonas podridas con una masilla especial de reparaciones. En caso de necesidad, esta masa sirve muy bien de cola. Es totalmente estanca a la humedad y se une firmemente a la madera antigua.
Qué debes hacer
En primer lugar, tienes que retirar los bordes que se hayan podrido, y, en su lugar, colocar unos tacos.
Retira con mucho cuidado la madera podrida de las juntas. Los tacos de unión del marco deberán mantenerse bien conservados.
Las juntas, que se han ensanchado hasta llegar a la madera sana, debes repararlas con masilla y las piezas que estaban sanas pegarlas de nuevo.
También hay que retirar la masilla reseca y los restos de pintura, y, a continuación, aplicar pintura de protección a las piezas del marco y a los travesaños.
Los cristales tienes que sellarlos con una masilla de aceite de linaza. La superficie del ensamble de masilla debe dejarse secar antes de aplicar un lacado.
¿Daños en las guarniciones?

Podríamos decir que las guarniciones de las ventanas antiguas son casi siempre muy estables. Aun así, el fallo más corriente es que se salgan los tornillos que fijan la guarnición a la madera.
1. Lo primero que hay que hacer es retirar los tornillos y todos los restos de laca y metal de la madera. La sencilla solución que consiste en colocar tornillos más largos y gruesos no siempre es suficiente.

2. Si los huecos de los tornillos ya se han dado de sí, hay que rellenarlos con tacos de madera (que luego tendrás que serrar y lijar cuidadosamente) o masilla, después de haberlos saneado con el taladro.

3. Los cojinetes tendrás que colocarlos desplazados de su posición original, en la madera no dañada.
La pata de agua

Se denomina así a la esquina anterior del vástago horizontal del marco de la ventana. Pues bien, esta parte se suele estropear a causa, por ejemplo, de la lluvia. Cuando llueve, el agua choca contra ella, discurre a lo largo de la pata hacia abajo y penetra entre la madera y la obra de albañilería, sobre todo si las juntas no son suficientemente estancas.
Normalmente la madera comienza a pudrirse en la parte inferior o en las uniones laterales con las paredes. Al ser zonas que no están muy a la vista, el destrozo tarda en observarse, por lo que es posible que te veas en la necesidad de cambiar toda la pieza. Hazlo así:
Con una sierra de puntas o de círculos, separa la pata del marco.
Limpia los bordes con un formón.
Corta y cepilla una pata nueva, de las mismas medidas que la antigua.
Colócala en la misma posición, lijando bien la superficie y aplicando cola impermeable o masilla de reparación.
Después de que se haya secado, tapa todas las rajas con cola de cierre. La masa debe tener una elasticidad permanente y permitir que se pueda pintar sobre ella.

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